Dr. Hugo SALINAS - LA ESTRATEGIA DE LA REVOLUCIÓN

Dr. Hugo SALINAS

salinas_hugo@yahoo.com

En tiempos modernos, ¿qué debemos entender por “Revolución”? Según mi percepción, para los países del Sur, la Revolución se debe concretizar en la eliminación de las grandes desigualdades socio-económicas, la eliminación del desempleo, y en superar el atraso en las formas de trabajar.

Son estos males que, en los países del Sur, como es el caso del Perú, empujan los salarios mínimos hasta menos de tres dólares por día, incrementan la desocupación real hasta más de la mitad de la población económicamente activa y generan, por consiguiente, un cuadro de vida miserable, lleno de corrupción, drogadicción, violencia y prostitución, incluyendo a policía, militares, jueces y políticos. Los nuevos valores que se ha impuesto son el dinero y los signos de riqueza. Ahora, nos medimos en función del dinero y las riquezas que cada uno posee.

¿Cómo escapar de este infierno? Identificado el origen de los males, el resto es cuestión de una adecuada estrategia para poner en camino la Revolución, el gran cambio, la gran transformación, como quiera llamársele.

En forma resumida diré que, el origen de estos males se encuentra en la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica. En términos modernos, la Repartición Individualista es la apropiación del 100% de las utilidades, únicamente por el propietario de la empresa o por sus accionistas. Tremenda aberración avalada, desde hace diez mil años aproximadamente, por la fuerza, la violencia, y la legislación. Injustica aún más notoria si sabemos que dichas utilidades son generadas por todo un pueblo, presente y pasado.

La alternativa de solución es desarrollar una economía de mercado a dos sectores y dos tipos de repartición. Es decir, de lo que se trata es de crear, desde cero, un sector 2 de la actividad económica, cuyas empresas serán regidas por el principio de la Repartición Igualitaria de sus utilidades, entre todos los habitantes del país.

Para su creación y desarrollo, dichas empresas contarán con un financiamiento gratuito e ilimitado proveniente del país, lo que permitirá ubicarlas en una posición hegemónica. Es a través de este nuevo sector de la economía, y que se desarrollará con un Nuevo Contrato de Trabajo, que se crearán las condiciones para eliminar el desempleo, la pobreza y el denigrante cuadro de vida de la mayoría de la población.

Pero, ¿cómo ponerlo en práctica si la conducción del gobierno central por las fuerzas progresistas se ha convertido, en las condiciones actuales, en ilusoria? En efecto, sigue siendo ilusoria la conducción del gobierno central mientras el grupo de personas, o las fuerzas políticas, que pretenden “revolucionar” la vida política del país, no son respaldados por una sólida base económica de la nueva sociedad que se quiere construir. Ellos siempre han sido, y siguen siendo, presas de las componendas y arreglos para obtener financiamiento de una campaña presidencial y legislativa que, como lo sabemos, es millonaria.

 De esta forma, los que han llegado, o llegarán al ejercicio presidencial, o como miembros del Congreso, no les queda otra alternativa que servir a sus financistas. Y el resto de seguidores, a vivir de subvenciones y sueldos del erario nacional, si es que todavía tienen un grano de moral porque, la mayoría utiliza al máximo sus influencias para enriquecerse. Al final, diríamos, que ese es el objetivo fundamental de aquellos que, a través de “frentes amplios”, quieren llegar al manejo del presupuesto público nacional, y a todas las ventajas que el Poder les otorga.

No han comprendido, o no quieren intencionalmente comprender, que mientras el proyecto de la gran transformación no cuente con una base económica suficientemente fuerte para enfrentar a la “derecha”, es mera ilusión querer alcanzar la silla presidencial, en condiciones de dignidad y capacidad de acción.

La estrategia de la Revolución se puede resumir en dos líneas de acción. La primera está orientada a crear, desde ahora, las empresas-país, base económica de la gran transformación. La segunda, a conducir los gobiernos regionales y locales a fin de tener acceso al financiamiento del sector público para la realización de sus proyectos de inversión.

Crear la base económica de la gran transformación significa, en términos concretos, crear y desarrollar empresas-país, desde ahora, en el mayor número posible. Ellas son la unidad celular del Sector 2 de una economía de mercado orientada a eliminar el desempleo, la pobreza y el atraso en las formas de trabajar en el país. De esta forma, los sin empleo tendrán puestos de trabajo y crearán, al mismo tiempo, una fuerza económica que concuerda plenamente con sus ideales de transformación.

Estas dos líneas de acción se retroalimentan en la generación de utilidades que, mientras no nos encontremos en la dirección del Gobierno Central, se pueden orientar a 1) el autofinanciamiento de las empresas-país para participar en proyectos de inversión del sector público de más envergadura; 2) la creación de empresas-país para producir Bienes de Necesidad Básica que la población requiere (viviendas, salud, educación, transporte…); 3) la implementación de Ciudades-Polo de desarrollo, en donde, además de la moneda nuevo sol, se creará una nueva moneda, con la aceptación de la población, a fin de poner en movimiento a la totalidad de la fuerza de trabajo de dicha localidad.

Con ello, en términos reales, se crea y desarrolla la base de un nuevo modelo de economía y sociedad. Los discursos encendidos en las plazas públicas no son suficientes. Las luchas de defensa y de reivindicación no lo son tampoco.

Por lo tanto, mientras no tengamos una base económica suficientemente sólida, solamente nos debemos lanzar a la conducción de los gobiernos regionales y locales. No a la presidencia de la República y el Congreso. Y para ello, por cierto, lo mínimo que se requiere es conocer la realidad de la región o de la localidad, para proyectar programas de trabajo que se ajusten a la Teoría de la Gran Transformación.

Ferreñafe - Perú, el pueblo de las dos Fe, 20 de Mayo del 2013